Pueden detectar un cadáver tras pocas horas de su defunción gracias a su increíble olfato, incluso saben cuándo alguien está a punto de morir por las sustancias que segrega (cadaverina y putrefacina)… la función de “limpiadores” de la materia en descomposición de la naturaleza ha convertido a los insectos en unos excelentes ayudantes de la policía para resolver crímenes. ¿Sabes de qué estamos hablando y qué ciencia es esta que estudia a los insectos que se encuentran sobre los cadáveres? Se llama entomología forense y aporta muchísima información a las investigaciones sobre muertes.
Series televisivas como la de Bones o CSI nos han acercado a este universo con personajes como el sarcástico Dr. Jack Stanley Hodgins IV. Stanley, además de entomólogo es experto en palinología (ciencia que estudia el polen y las esporas, vivos o fósiles) y mineralogía, otras dos materias que se han convertido en grandes aliadas de la policía científica.
Pero, ¿qué es exactamente la entomología forense?
Según la definición que hay en la página de la policía “la entomología forense es una ciencia que constituye un instrumento válido para determinar el tiempo en que el cuerpo muerto ha estado expuesto a la actividad de los artrópodos, basándose no sólo en su estudio, sino también en la influencia de factores ambientales, tales como la temperatura y la humedad, que influyen, entre otros, en la tasa de evolución y desarrollo de los mismos”.
Los insectos que más habitualmente se encuentran son los dípteros (moscas), los coleópteros (escarabajos, adultos y larvas) y lepidópteros (polillas).
La presencia de insectos en un cadáver puede ayudar de dos modos a la investigación de una muerte:
- La primera es aportando información sobre la hora del fallecimiento. Los insectos rápidamente aprovechan los cuerpos para depositar sus huevos y según el estado de desarrollo de estos se puede determinar la hora. Hay otro factor que también se estudia y es el tipo de insecto que está instalado en el cuerpo en ese momento. Los pequeños habitantes no llegan todos a la vez sino en un orden concreto. ¡La naturaleza es así de organizada!
- También, gracias a los artrópodos, se puede saber si un cuerpo se ha movido después de su muerte. El tipo de insectos que se encuentren en él determinará si ha estado en un interior, en un exterior o incluso en una zona geográfica concreta (hay especies que son endémicas de un lugar concreto). Que haya insectos de varias zonas distintas puede indicar que el cadáver se ha movido de lugar.
Historia de la entomología forense
¿Cómo llega el hombre a la conclusión de que los insectos pueden determinar datos fundamentales para esclarecer escenarios de crímenes? Originalmente existía la creencia generalizada de que los cadáveres generaban por sí mismos todos los “bichos” que salían de ellos. Los descubrimientos científicos y la observación han permitido conocer cuál es exactamente este proceso. Especímenes adultos acuden y depositan sus huevos en los orificios y heridas y días después las larvas salen.
El primer caso documentado de un uso, aunque muy rudimentario, de la entomología forense, es el de un crimen cometido en China en el siglo XIII. Parece que se descubrió al asesino (que era un labrador) porque a su hoz acudían las moscas debido a la presencia de sangre. Esperamos que realmente el hombre fuera el culpable y no la víctima de una sucesión de casualidades. Por suerte, hoy en día hay muchas más herramientas para poder llegar a una conclusión basada en más y mejores pruebas.
Anécdotas aparte, esta materia comienza a ser objeto de estudio científico con Francesco Redi en el siglo XVII, que demostró que la generación espontánea de larvas en cadáveres no existe y que esta presencia se debe a las puestas de huevos de especímenes adultos.
Un par de siglos después, el médico francés Bergeret d’Arbois hizo dar un salto cualitativo a la entomología forense con sus estudios.
Y ya en 1984 hay una publicación de Jean Pierre Mégnin, veterinario y entomólogo de profesión, que se considera el verdadero punto de partida de la entomología forense tal y como la conocemos hoy en día. El título original del trabajo es “La faune des cadavres application de l’entomologie à la médecine légale” (“La Fauna de los Cadáveres. Aplicación de la Entomología a la Medicina Legal”).
¿Por qué los insectos?
Y ¿por qué son los insectos precisamente los animales que cumplen con este papel?
Pues lo primero es obvio, su función en el ecosistema es la de “limpieza”. Su pequeño tamaño les aporta gran capacidad de movilidad y sus ciclos de desarrollo cortos son perfectos para utilizar medidas de tiempo.
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