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Tres décadas después de su primera aparición en España, el picudo rojo sigue siendo una amenaza para nuestros palmerales. El primer caso se detectó en Granada, pero con el tiempo se extendió por Murcia, la Comunidad Valenciana, Cataluña o Extremadura, e incluso en Canarias.
Este escarabajo de origen asiático ataca exclusivamente a las palmeras. Se introduce en su tronco para desarrollar sus cuatro estados: huevo, larva, pupa y adulto. Son las larvas las que suponen una amenaza para el árbol, ya que se alimentan del tejido interno y provocan un debilitamiento progresivo.
La lucha contra el picudo rojo no se trata simplemente de un tratamiento puntual, sino que es una carrera de fondo: el tratamiento debe realizarse durante todo el año, aunque se debe prestar especial atención durante primavera y verano, cuando la plaga registra mayor actividad.
El picudo rojo mide entre 2 y 5 cm de longitud y tiene un color marrón oxidado con manchas negras. La hembra vuela varios kilómetros en busca de palmeras donde depositar sus huevos.
El picudo rojo está más presente entre los meses de marzo a octubre. Sin embargo, en zonas del mediterráneo, con inviernos muy suaves, los ataques pueden ocurrir casi durante todo el año.
Las hembras de picudo rojo se introducen en las palmeras a través de las heridas de poda o cuando han sido trasplantadas recientemente, y a partir de ahí comienzan a destruir la palmera por dentro, llegando incluso a dejarla totalmente hueca.
Cada hembra puede poner entre 300 y 500 huevos, los cuales eclosionan en 2 o 3 meses, dando lugar a larvas que se alimentan del interior de la palmera. Estas larvas son responsables del daño más significativo, ya que excavan galerías que debilitan la estructura de la planta.
Una vez que el picudo rojo afecta una palmera abandonan la palmera por completo y comienza la destrucción de otras.
Cuando una palmera está infestada por picudo, las hojas afectadas se desprenden con facilidad, incluso podemos observar en la base de las mismas galerías realizadas por las larvas, presencia de capullos, individuos adultos y restos de fibra apelmazados. En el caso más extremo se puede llegar a desprender la copa de la palmera por completo. Otros síntomas que pueden aparecer:
En caso de que seas propietario particular de un terreno con palmeras, recomendamos prestar mucha atención por si muestran signos de infestación, ya que no son tan evidentes como con otras plagas.Y normalmente cuando se muestran es porque la infestación está muy avanzada.
Existen varias técnicas para el control del escarabajo, pero generalmente necesitamos combinar estos métodos para realizar un buen control de la plaga, siempre teniendo en cuenta el ciclo biológico de la misma.
Monitorización: para el seguimiento de la plaga utilizamos trampas de feromonas. Estas se utilizan para el seguimiento de adultos en vuelo y la monitorización de los niveles poblacionales de la plaga (solo en zonas afectadas).
Gestión de podas: no es recomendable podar sitios próximos a focos detectados (atacan a palmeras heridas), o realizarlas en invierno, cuando la difusión de la plaga es menos activa. Los restos de poda se deberán retirar a puntos de control oficial.
Dendrocirugía: consiste en la eliminación mecánica de las zonas afectadas de la palmera, que puede afectar parcial o totalmente al cogollo (distinguiéndose diversos grados de cirugía). El material vegetal resultante de estas actividades debe ser retirado y depositado en un vertedero controlado.
Endoterapia: consiste en inyectar a presión un fitosanitario en el tronco del árbol, que se incorpora a su savia natural y se distribuye de forma homogénea por toda la palmera.
Tratamiento químico: los tratamientos se dirigen a la corona de hojas de la palmera, y muy especialmente al ojo y a la protección de las heridas de poda y otras.
Tratamientos biológicos: son métodos tanto preventivos como curativos. Consiste en la utilización de parásitos eficaces para el control del picudo en cualquiera de sus estados.
Cualquier sitio con palmeras sufre el riesgo de una infestación de picudo rojo. Esto incluye: jardines particulares, colegios, guarderías, parques infantiles, piscinas, instalaciones deportivas al aire libre, parques públicos…
En Rentokil disponemos de un centro de excelencia especializado en tratamientos fitosanitarios destinado a mitigar las infestaciones que afectan a la vegetación.