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En septiembre no solo vuelve el cole. Las orugas procesionarias comienzan a preparar los bolsones para pasar el invierno. Es la época en que desarrollan una mayor actividad alimenticia y es por eso es el mejor momento para realizar tratamientos para controlarlas y prevenirlas.
La procesionaria del pino, reconocible por su pequeño tamaño, su color anaranjado y sus finos pelos urticantes, es una especie muy extendida por España, sobre todo en las zonas de vegetación. Aunque afecta principalmente a pinos, también puede encontrarse en cedros, abetos o robles.
La procesionaria supone un riesgo para la salud de personas y mascotas. Los pelos que las recubren (hasta 500.00 tricomas o finos pelos por oruga) pueden provocar irritaciones en cuello, brazos, piernas o torso. Además de conjuntivitis, inflamación de la garganta y la boca, problemas respiratorios, fatiga, mareos o fiebre.
En el caso de las mascotas, si las ingieren pueden producir necrosis en los tejidos de la garganta y la boca y reacciones anafilácticas que les pueden causar la muerte si no son tratadas a tiempo. Descubre más en nuesto post: "la procesionaria y los perros".
En el verano las mariposas copulan y las hembras pueden depositar hasta 2.000 huevos en las copas de los árboles, y se transforman rápidamente en larvas. Cuando llega la primavera siguiente, ya han completado su desarrollo y por eso bajan de los árboles en forma de procesión buscando un sitio donde enterrarse y formar la crisálida.
Los meses de otoño e invierno son el momento indicado para comenzar tratamientos con endoterapia en los pinos, pues en estas estaciones las orugas, comienzan a alimentarse de las acículas de los pinos e inician la construcción de sus característicos “bolsones” blancos de seda en las ramas soleadas de los árboles, para protegerse del frío invernal.
Para controlar la población de oruga procesionaria es necesario tomar medidas durante todo el año, en función del estadio del ciclo biológico en el que se encuentren, aplicar el tratamiento mas adecuado.
Ante cualquier indicio de una posible infestación por orugas (presencia de bolsones blancos de seda en los árboles) hay que recurrir a expertos profesionales y nunca tocar los nidos o aplicar remedios caseros.
Desde Rentokil realizamos distintos tipos de tratamientos: endoterapia, trampas de feromonas, trampas físicas, o destrucción directa de los bolsones. El tratamiento ideal va variando según la época del año:
En la endoterapia inyectamos a presión un biocida en el tronco del árbol que se incorpora a su savia natural y llega a las hojas de las que se alimenta la procesionaria del pino.
Al introducir el biocida directamente en el sistema vascular de la planta, este se distribuye de forma homogénea por todo el pino. El tratamiento se realiza una sola vez y es recomendable realizarlo entre mediados de noviembre y finales de diciembre, cuando hay una disminución drástica de resinación del pino.
Es un tratamiento con bajo impacto ambiental y que reduce los riesgos para las personas y los animales que pasan por zonas de vegetación.
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En Rentokil somos expertos en tratamientos fitosanitarios. Acabamos la procesionaria del pino. Contáctanos y evaluaremos tu caso