Desde siempre los organismos plaga, al igual que muchísimos otros entre los que se incluye la propia especie humana, tienen vocación planetaria, solo las limitaciones geográficas (cordilleras, océanos, ..) y climáticas son las que históricamente han puesto límites a su dispersión. Estas limitaciones han ido diluyéndose y perdiendo eficacia con el desarrollo de las comunicaciones