
¿Alguna vez has visto agujeritos en el marco de tu puerta? ¿O quizá en tu querida mesa de madera? Si has respondido que sí, es que la carcoma –también conocida como polilla o polilla de la madera- ha hecho acto de presencia en tu hogar. ¡Y no pienses que tiene intención de marcharse pronto de tu casa! ¡Para nada! Sin embargo, estamos seguros de que tú estás deseando que deje de estropear los suelos de madera, los muebles o las vigas de tu casa. ¿A que sí?
¡Tenemos la solución! O más bien… ¡las soluciones! Gracias a los diferentes tratamientos que existen en la actualidad para acabar con la carcoma, podemos decir que terminar con esta plaga es posible.
¿Cómo podemos combatir entonces la carcoma? Estos son los tratamientos:
- Curativos no residuales: Son aquellos cuyo objetivo es erradicar la plaga en todas sus fases de desarrollo, pero debes de tener muy en cuenta que no protegen contra futuras infestaciones. Los tratamientos más habituales son por anoxia en atmósfera controlada, en el que se englobaría el tratamiento CAT de Rentokil, y el Entotherm, mediante el cual se somete a una alta temperatura a las piezas afectadas durante varias horas. Cabe destacar que están libres de productos nocivos o tóxicos y que normalmente se suelen utilizar cuando no es posible aplicar directamente biocidas en la madera atacada, ni por inyección ni de forma superficial.
- Curativos residuales: Son los que permiten eliminar la infestación de carcoma existente y proteger durante varios años tu madera de posibles plagas en el futuro. Una solución excelente si lo que quieres es “curarte en salud” durante un periodo de tiempo. Entre los tratamientos curativos residuales se encuentran los protectores líquidos porque una vez que el disolvente se ha evaporado, los principios activos se fijan en la madera, ya la hayas aplicado de forma superficial o en profundidad.
Dependiendo de diversos factores como el nivel de infestación, la especia de carcoma o la naturaleza de la madera es recomendable aplicar tratamientos específicos o la combinación de varios de ellos, como son la pulverización, la inyección o el gel. Aunque es cierto que el principal problema de ellos es que no eliminan la carcoma en su fase de huevo hasta su eclosión, mientras que sí lo hacen cuando son larvas o adultos.
Una buena opción en este caso es utilizarlos como tratamientos preventivos antes de que se desencadene una infestación de carcoma en la madera. Así podemos estar un poco más tranquilos ante una posible plaga, ya que tenemos la seguridad de que al tratar la madera con estos productos las temidas polillas tardarán un poquito más en “agujerear” la madera de nuestro hogar.
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