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Está ampliamente extendida en España, y de forma natural se encuentra en equilibrio en los bosques sobre todas las especies de pinos, y en ocasiones sobre los cedros; en ocasiones, como consecuencia de condiciones climáticas o actuaciones humanas, se pueden producir desequilibrios que hacen necesario intervenir para reducir sus poblaciones, evitando de esta forma fuertes defoliaciones que podrían debilitar los bosques afectados.
Además de los daños que provocan en nuestros bosques y masas de pinos, presentan una particularidad que supone un riego para la salud de las personas y de los animales: presentan pelos urticantes.
Las larvas u orugas de la procesionaria, a partir del tercer estadio de desarrollo, disponen en el dorso de unos pliegues o sacos donde se enconden, agrupados, una gran cantidad de diminutos pelos urticantes de color naranja. Las orugas, además de su actividad tóxica, contienen alérgenos
Cuando se molestan las larvas o se mueven, se abren los sacos liberando millares de pelos urticantes a la atmósfera que, si se ponen en contacto con la piel de las personas o animales, producen reacciones alérgicas, y suponen un riesgo para la salud, ya que provocan irritación de la piel en forma de sarpullido o erupción en el cuello, los brazos, las piernas y el torso, que puede durar varias semanas, irritación de los ojos (conjuntivitis) y problemas respiratorios.
En los pelos urticantes hay una sustancia que es histaminoliberadora, por lo que todas las personas que entran en contacto con esta oruga tienen este tipo de reacciones. Además y aunque en menor medida, se han descrito casos clínicos de pacientes que desarrollaron una verdadera alergia a estos pelos a través de un mecanismo mediado por IgE; es decir, un mecanismo similar a la alergia a los pólenes o alimentos.
La urticaria provocada por la procesionaria son ronchas rojizas y a veces pruriginosas en la piel, y es provocada por una reacción alérgica. Las reacciones alérgicas provocan en el cuerpo la liberación de sustancias químicas que hacen que la piel se inflame y se formen las ronchas. La urticaria suele desaparecer espontáneamente, pero si el caso es serio, es posible que se requieran medicinas o una inyección. En raras ocasiones, las reacciones alérgicas pueden causar una inflamación peligrosa en las vías respiratorias y dificultar la respiración, lo que constituye una emergencia médica.
Hay que prestar atención a las zonas urbanas, residenciales, sobre todo, a las que puedan acceder los niños como colegios y parques, con pinos o cedros, ya que los problemas producidos por pelos urticantes pueden ser importantes, teniendo especial atención y cuidado si se producen daños en los ojos.
Hacia los meses de febrero, marzo y abril (dependiendo de las zonas) las orugas abandonan el nido o bolsón bajando a tierra y formando las típicas procesiones de enterramiento. En esta época es si cabe en la que mayor atención hay que prestar, ya que las orugas se encuentran accesibles al alcance de los niños.
En ocasiones los efectos nocivos también se pueden dar cuanto las larvas están en forma de crisálidas enterradas en el suelo, por lo que se recomienda tener cuidado de los niños y de los animales de compañía si juegan con la tierra en las zonas donde hay presencia de bolsones en los pinos.
La oruga procesionaria provoca urticaria en el 12 por ciento de las personas que viven en zonas rurales y en el 4 por ciento de las que residen en áreas urbanas, según se desprende del estudio 'Prevalencia de reacciones cutáneas a la procesionaria del pino en adultos', que se publica en 'Contact Dermatitis'.
Los problemas que puede producir la oruga se extienden también al ganado y las mascotas. En el caso del ganado la reacción que produce se confunde a menudo con la enfermedad de la lengua azul, lo que conlleva su sacrificio.
Para prevenir las erupciones, los especialistas aconsejan evitar cualquier contacto físico, no sólo con las orugas procesionarias del pino, sino también con sus nidos, o con los árboles afectados por esta plaga, ya que sus pelos alergénicos pueden despegarse de sus cuerpos y ser arrastrados por el viento hasta entrar en contacto con personas y animales. Es importante también "que la población aprenda las medidas de prevención", entre ellas cómo deshacerse de los nidos sin recibir los efectos nocivos de los pelos urticantes, y que los pacientes alérgicos sean conscientes del peligro de padecer una reacción anafiláctica.
Si se detecta esta sintomatología se recomienda ir al medico de cabecera para administrar el tipo de antihistamínico más adecuado.
Los métodos de control de la procesionaria del pino dependerán de cada caso (parcelas, colegios, urbanizaciones, bosques o especies de pinos), así como del estado de desarrollo de la plaga. Por ello, Rentokil, realiza análisis precisos de la problemática de cada cliente para aplicar los métodos y técnicas más apropiadas en casa cado para controlar la plaga.
Yo también he sufrido los efectos adversos de la procesionaria. Afortunadamente en solo una ocasión, pero que ocasión…. Estaba hace años con mis compañeros Juan Ángel y Luis realizando la corta de bolsones en un pinar. A pesar de ir debidamente protegidos, algunos más que otros, acabamos con el cuello, muñecas, cara, y partes de la espalda con un prúrito tan espeso que parecía una única roncha que nos duró más de una semana. Esa fue la primera y última vez que tuvimos una experiencia mística en esta plaga.