© 2025 Rentokil Initial plc está sujeto a las condiciones legales establecidas declaración legal.
La pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia que el mal uso del mundo natural puede tener consecuencias imprevistas en nuestra forma de vida y que debemos tomar medidas preventivas y sostenibles para afrontar las consecuencias.
Por cuarta vez, en los 20 años que lleva este siglo, un virus originado en los murciélagos ha causado un brote de una enfermedad mortal: SARS, MERS, Ébola y ahora SARS-CoV-2; otra especie o cepa de coronavirus, Ébola o gripe podría provocar una nueva pandemia en cualquier momento.
Como mostró el brote de Zika en 2015/6, las enfermedades transmitidas por vectores también son una amenaza importante y constante.
Las enfermedades transmitidas por vectores son responsables de alrededor del 17% de todas las enfermedades infecciosas, provocando más de 700.000 muertes y más de 700 millones de infecciones cada año. A medida que los humanos invaden las áreas silvestres, inadvertidamente estamos seleccionando nuevas plagas y patógenos que pueden adaptarse al entorno humano y hacernos más daño.
La urbanización del planeta y el avance continuo de la industrialización están creando una sociedad global que depende de un delicado equilibrio para funcionar con éxito y sobrevivir. Un virus microscópico que se cree que se originó en murciélagos salvajes y que se introdujo en un mercado de carne fresca ha perturbado la economía mundial y la vida de las personas durante más de un año.
Sin embargo, las enfermedades no son la única amenaza del avance de la urbanización. La invasión de la tierra también amenaza los sistemas mundiales de suministro de alimentos al hacerlos menos resistentes y sostenibles. Alrededor del 14% de los suministros alimentarios del mundo se pierden cada año debido a la descomposición y las plagas. La globalización de los suministros alimentarios brinda a las plagas más oportunidades de infestar y dañar los alimentos.
El control de plagas es un problema tanto local como global, que afecta a hogares, empresas y comunidades, afectando además al comercio internacional de forma importante.
Si bien la pandemia ha hecho que la gente sea más consciente de los problemas mundiales, todavía hay una serie de problemas “tradicionales” que enfrenta el sector de control de plagas mientras miramos hacia el futuro.
El impacto de las actividades domésticas e industriales generan una gran cantidad de residuos químicos y emiten Gases de Efecto Invernadero (GEI), lo que significa un impacto negativo en el medio ambiente.
Es indispensable sensibilizar, educar a todos nuestros públicos de interés y desarrollar programas de Sustentabilidad que apuntan a regular la huella que dejamos como industria, con la finalidad de propiciar sinergia con nuestros colaboradores, proveedores y clientes y generemos una “cultura verde”.
Es fundamental que un servicio de control de plagas sea realizado con una mirada estratégica al momento de utilizar plaguicidas, mediante la definición de las zonas específicas, la utilización de herramientas acordes a las necesidades particulares de cada cliente y una dosificación exacta del producto, lo que se traduce en una reducción significativa de los residuos químicos (peligrosos y no peligrosos) y en una disminución del impacto ambiental.
Siguiendo esta línea, en Rentokil Initial han desarrollado una estrategia global de control de plagas sustentable que apunta a tener cero emisiones de carbono para el año 2040 en los más de 80 países donde opera. La cual está siendo implementada por un equipo multidisciplinario de control de plagas, que ha logrado definir acciones concretas y medibles en materia de movilidad, residuos, cadena de suministro, químicos, hardware, consumibles, energía y comunicaciones y cultura.
Contáctate hoy con nosotros , somos expertos en plagas y desinfección de ambientes.
o Contáctanos aquí