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Las oficinas son espacios cerrados, y en ocasiones mal ventilados, donde varias personas se concentran y deben convivir durante muchas horas al día. Es común, tener compañeros de trabajo con costumbres o actitudes molestas, pero ¿qué pasa cuando estas acciones son, además, poco higiénicas?
Ir a trabajar cuando se padece alguna enfermedad infecciosa, como gripe o diarrea, no es una acción que demuestre responsabilidad. Significa poner en riesgo al resto de los compañeros de trabajo, ya que inevitablemente esparcirán gérmenes a su alrededor.
Si reportarse enfermo no es una opción, se debe buscar, por lo menos, trabajar en casa mientras exista peligro de contagio. En caso de que un colega enfermo esté cerca, la limpieza de tu propio espacio y utensilios de trabajo, así como una buena ventilación será clave para prevenir contagios.
Seguramente en tus visitas al sanitario de la oficina habrás descubierto a más de una persona salir del cubículo y dirigirse de vuelta a sus actividades sin haber lavado sus manos. Una omisión como esta, en apariencia inofensiva, puede provocar enfermedades infecciosas de la piel, los ojos, respiratorias y parásitos intestinales. Aún entre quienes acostumbran lavarse las manos regularmente, según la USDA el 97% de las veces no lo hacen correctamente , es decir, frotando con jabón por lo menos 20 segundos, sin olvidar el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas.
Llevar algún dispositivo móvil para pasar el rato, mientras se está en el WC, es una práctica común en la actualidad, sin embargo, puede provocar la propagación de virus como salmonella o E coli, que encuentran en el teléfono un lugar cálido para permanecer, y pueden quedarse ahí hasta por un par de días.
Al estornudar, el aire sale de las vías respiratorias a una velocidad de 70 a 130 km/h, esparciendo la saliva en un área de 8 metros cuadrados aproximadamente; por este motivo, es importante tapar nariz y boca al toser o estornudar. Sin embargo, hacerlo con la mano provoca que los gérmenes se transmitan a todo lo que se toca, siendo ocasionadas el 80% de las enfermedades infecciosas por medio de este contacto. Para evitar esto, lo correcto es tapar boca y nariz con la parte posterior del codo.
Comer en el área de trabajo es una práctica poco higiénica, si consideramos que se puede caer restos de comida y propagar bacterias causantes de enfermedades. Los accesorios más contaminados suele ser el teléfono, el teclado, el mouse y el escritorio, por lo tanto, es importante contar con buenos servicios de higiene, para mantener esta área constantemente limpia.
Es necesario que las empresas se esfuercen en promover hábitos de higiene entre los colaboradores. Se pueden realizar campañas para enseñar el correcto lavado de manos, la forma adecuada de estornudar o toser, y dar alternativas cuando algún empleado se encuentra enfermo. Con este tipo de actividades será posible prevenir el contagio de gérmenes, impulsando, además, a que los colegas se aconsejen entre ellos cuando alguien está pasando por alto algunas de estas prácticas.
De igual manera, es importante poner especial atención en contratar buenos servicios de higiene que integren la desinfección y productos que exterminen los gérmenes, sobre todo en espacios compartidos, como los baños y cocinas. La limpieza recurrente hará que las condiciones de trabajo mejoren
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