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Las plagas pueden ser insectos, animales u otros organismos no deseados que interfieren con las actividades de nuestro negocio.
No solo generan pérdidas, sino que incluso pueden conducirnos a problemas legales -por temas de higiene- y dañar nuestra imagen. Por esta razón, una vez que identificamos el problema y ejecutamos las acciones pertinentes, el monitoreo de plagas es fundamental.
A continuación, qué es el monitoreo de plagas, los principales métodos empleados para conseguirlo y la importancia de hacerlo.
Primero, no todas las plagas se tratan de la misma manera, ya que el control de roedores, termitas y otros insectos conlleva procesos distintos. Sin embargo, para que lo veamos de una forma general, el control de plagas suele constar de cuatro pasos:
1. Exclusión para evitar que la plaga acceda a las instalaciones.
2. Restricción a través de buenas prácticas de limpieza y ordenación.
3. Destrucción con el tratamiento adecuado para la plaga.
4. Monitorización para darle seguimiento a la situación.
Es decir, una vez que tomamos las precauciones para evitar la infestación, debemos vigilar con regularidad de aparición de la plaga que tenemos. Esto es lo que se conoce como monitoreo de plagas.
El objetivo es localizar, identificar y clasificar la gravedad de la infestación. Hacer este seguimiento regular nos permitirá comprobar si la estrategia de control aplicada fue exitosa.
Ahora bien, las poblaciones de plagas difieren de un lugar a otro. Cada cafetería, hotel o edificio tiene sus propias particularidades, por lo que el seguimiento de las plagas es específico del lugar y de la especie en cuestión. Además, cada situación requerirá conocimientos y herramientas especializadas.
Una de las formas más efectivas de monitorizar las plagas es con trampas, ya que permiten “extender la visión” a lugares donde no podríamos ver regularmente y proporcionan una cobertura continua.
Las trampas más comunes para el monitoreo son:
En el caso específico de los roedores, suelen usarse trampas rápidas -de una sola captura-, trampas automáticas -de captura múltiple-, trampas pegajosas y trampas de jaula.
Gracias a estos métodos podemos conocer la situación de las plagas en nuestras instalaciones y tomar las medidas correspondientes.
Entre doscientas y trescientas especies de roedores son consideradas como plagas en la industria alimentaria. Es muy común que los roedores se instalen en lugares cercanos a donde se producen y almacenan alimentos, ocasionándonos pérdidas.
Por ejemplo, en Indonesia alrededor del 17% de la producción de arroz se pierde a causa de este tipo de plagas.
Al mismo tiempo, las plagas pueden generar enfermedades e incluso mala reputación en la empresa, como mencionábamos inicialmente. Sobre todo, en el sector de la hotelería, restaurantes y cafeterías, donde los clientes esperan estándares muy altos de higiene.
De ahí la importancia del monitoreo de plagas y enfermedades, ya que, aunque apliquemos métodos efectivos para su control, es imprescindible conocer de cerca su evolución.
Por último, si tenemos problemas con plagas, lo mejor es contratar a una empresa especializada en su control. Rentokil nos ayuda a tratar los problemas que tengamos con roedores, insectos, termitas y otro tipo de animales.
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