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La crisis sanitaria mundial por COVID-19 ha definido el año 2020. El modo de trabajo, por ejemplo, cambió radicalmente; mientras que algunos sectores adoptaron el teletrabajo, otras labores exigen la presencia física del trabajador y el usuario.
Ante esta nueva realidad las empresas y centros de salud deben promover un entorno seguro implementando medidas que contribuyan a prevenir el contagio y garantizar la salud de todas las personas.
Al inicio de la emergencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó las acciones principales que deben cumplirse al estar en contacto con otras personas, como el distanciamiento social, el lavado frecuente de manos, evitar el contacto con ojos, nariz y boca tras tocar superficies, el uso de mascarillas y mantener la ventilación de los ambientes permitiendo la circulación del aire.
En este escenario, la desinfección ambiental juega un papel fundamental para frenar la propagación del virus, ya que su objetivo principal es la disminución máxima de agentes patógenos infecciosos como bacterias y virus en cualquier entorno y superficie expuesta.
Ahora bien, los más utilizados son los nebulizadores y sanitizantes con ozono. Pero ¿cuáles son sus ventajas y cuál es el más apropiado ante el COVID-19?
Los nebulizadores para desinfección son un agente sanitizante que se encarga de limpiar y esterilizar el entorno por medio de pulverizar o difundir los productos de tal modo que queden suspendidos en el aire en el área que son aplicados.
Generalmente son utilizados en sectores industriales altamente contaminados o lugares con un acceso limitado.
Entre las ventajas de su uso se encuentran:
Frente al COVID-19 la Organización Panamericana de la Salud y la OMS, recomienda el uso de nebulizadores con agentes químicos que no dejen residuos, utilizándolos solo en espacios cerrados, con equipos de protección adecuados y respetando los tiempos de aplicación del producto.
La sanitización con ozono es frecuente para el control y eliminación de olores desagradables y desinfección. Este agente sanitizante produce ozono de manera artificial a través del aire y el agua.
Entre sus ventajas se destacan:
Sin embargo, de acuerdo con la OPS y la OMS “el ozono es un gas oxidante inestable que debe producirse en el mismo lugar donde será aplicado”, generalmente su producción requiere mayor inversión. Además de ser más abrasivo que otras sustancias como el cloro, pueden causar efectos secundarios que afecten la respiración y las mucosas”.
Ante el COVID-19 la sanitización con ozono no ha sido avalada en países como España u otros de la Unión Europea. La Asociación Internacional del Ozono señala que aún no existe evidencia suficiente que compruebe su efectividad, por lo que el nebulizador para desinfección sería el más adecuado.
El uso del sanitizador es un elemento recurrente en medio de la pandemia, ya que ayuda a eliminar agentes infecciosos en el ambiente. En ese sentido, se prefieren los nebulizadores por su alta eficiencia en áreas de difícil acceso al mismo tiempo que elimina olores. También representan una ventaja al contribuir con el ahorro energía.
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