Hace tiempo uno de mis mejores amigos, Bruno, me llamó algo alterado. Sus primeras palabras fueron curiosas y preocupantes, “Pablo, creo que tengo en casa al bicho definitivo”, me dijo, y mientras yo me partía de la risa me explicó que él pensaba que tenía en casa chinches de las camas. Y ahí terminó mi risa.
Porque sí señores, uno de los peores insectos que podemos encontrarnos en nuestras vidas son las chinches. Son unos insectos pequeños, de color rojizo y que saben muy bien donde esconderse para que no los encontremos. Lo que hacen es salir por las noches de sus lugares de refugio e ir hacia nosotros alarmados por el calor de nuestros cuerpos serranos y el CO2 que desprendemos al respirar, y una vez llegan nos muerden y chupan la sangre (no hagáis burdas comparaciones con esto por favor). Con esto cogen energías, se reproducen y ponen huevos, bastantes huevos de una tacada. Por lo que la expansión del bicho es muy rápida.
Este problema es emergente en Europa de nuevo, bueno ya no tan emergente, más bien se han vuelto a instalar y parece que tienen pensado quedarse. Y no hay que asociarlo solo a hostales de mala muerte, ni a la limpieza del lugar en cuestión (que mi amigo Bruno es mu limpico). Los podemos encontrar en hoteles de 5 estrellas, vagones de trenes de largo alcance, bodegas de aviones, vamos todos aquellos lugares donde hay tráfico de maletas. Ya que lo que ocurre es que este insecto pone huevos en la ropa, o bien se esconde él mismo junto con la ropa y de ese modo lo transportamos.
Y como de este bicho se puede hablar largo y tendido, lo mejor si queréis más información, o creéis que estáis sufriendo los efectos de sus mordeduras pasaros por nuestra web o bien llamarnos para que podamos hacer una inspección.
El segundo insecto que más quebraderos de cabeza nos puede dar son las termitas. Acuñando una frase de mi compañero Koldo diré que: “las termitas son muy cabr…as”. Y eso es así, cierto como que el sol brilla de lejos pero quema de cerca.
Y lo compruebo cada vez que tengo que hacer una inspección por un problema de este bichito, que a veces se comen las cosas más inverosímiles.
Las termitas como casi todo el mundo sabe se alimentan de celulosa, normalmente en una casa se comerán los marcos de puertas y ventanas, porque las termitas construyen su termitero bajo tierra y desde allí atacan buscando la celulosa que les sirva de alimento. Pero me he encontrado libros comidos por termitas, muebles, cajas de cartón, vigas estructurales, decorativas, rodapiés, suelos de parquet… vamos todo aquellos que pueda tener un mínimo de celulosa, hasta incluso paredes de pladur, sí, sí, pladur señores, porque las planchas de pladur tienen un porcentaje de entre el 30 al 70% de celulosa dependiendo de la calidad de las mismas.
Si de las chinches podemos hablar largo y tendido, de las termitas puedo estar dos días, y quería hablaros ahora del tercer insecto que te hace poner cara de susto cuando lo oyes mencionar, y por desgracia cada vez lo oigo más: el picudo rojo.
Y es que este bicho con nombre ridículo está destruyendo una de las cosas más bonitas que tenemos en las costas españolas: las palmeras.
¿Cómo algo con un nombre así puede ser tan destructivo? Pues porque aunque su aspecto nos engañe, ya que es uno de los insectos más bonitos que he visto, tiene la habilidad de expandirse muy rápido y de comerse una palmera en cuestión de meses. En todos sus estados activos, tanto larva como adulto, comen de la palmera, alimentándose de la misma abriendo galerías en el interior de la palmera. Tal y como haría una carcoma en una madera, debilitando a la palmera.
Y cuando la palmácea en cuestión ya esté debilitaba y no se pueda recuperar, estos bichos seguirán alimentándose de ella hasta terminar de matarla, y puesto que es un insecto de la familia de los escarabajos posee alas, y no duda en usarlas para volar hasta la siguiente palmera.
Y de ese modo, toda la costa alicantina se encuentra ya en un estado lamentable, ya que los Ayuntamientos no se han puesto las pilas en su momento y el problema ha tenido una expansión asombrosa, y ahora que tenemos el problema se destinas partidas presupuestarias ridículas, que no te dan ni para comprar el insecticida necesario para tratar las palmeras del municipio. Lo que da como resultado trabajos mal hechos por semi-profesionales del sector que no consiguen detener el problema, que ya ha llegado hasta zonas en las cuales en principio no deberíamos de ver este insecto por las bajas temperaturas del invierno como en Alcoy o Ibi, donde ya hemos hecho algún trabajo en palmeras atacadas.
Para mí estos son los tres bichos más malos que podemos encontrarnos, y no solo porque nos puedan contagiar con alguna enfermedad, sino porque en el caso de los otros dos su capacidad destructiva es enorme y pueden tirarnos una casa abajo y derruir una palmera y hacerla caer al suelo.
Así que si tiene algún problema con estos tres insectos y nos llama, quizá pueda contratarnos: El Equipo A… a no, no, perdonar, ¡Rentokil Initial España!
Muy muy bueno Pablo!!! y qué razón tienes…..pero malos…malos….malísimos!!!!
Jajajaja, y porque no los has visto de cerca…
Muy bien Pablo! yo no quiero cruzarmelos…. que miedito.
¿para qué estamos los buenos?, para eliminar a los malos, ¿no?, pues caña con ellos, ja, ja. Muy bueno Pablo.