La paralización de las actividades y el consiguiente cierre temporal de muchas empresas a causa del Covid-19, ha afectado la realización de los tratamientos de Legionella a lo largo del país.
Esto supone un riesgo para la salud puesto que se multiplican la posibilidad de generar brotes de la enfermedad y agravar aún más la crisis sanitaria que ya estamos viviendo con el COVID-19.
En Rentokil Initial insistimos en la importancia de que se sigan aplicando con rigurosidad las medidas de control y los tratamientos de prevención de Legionella en todas las instalaciones de riesgo de propagación de esta bacteria.
Como sabemos, la Legionella es una bacteria que suele colonizar los sistemas de distribución de agua en condiciones de temperatura adecuadas para su reproducción (entre 20ºC y 45ºC aproximadamente) y se contagia de forma aérea, por la inhalación de micro gotas de agua contaminada generadas en en sistemas que producen aerosoles.
Torres de refrigeración, aspersores, túneles de lavado, vaporizadores, fuentes ornamentales y hasta vehículos de limpieza son considerados instalaciones de riesgo que deberían estar bajo control y mantenimiento constantes.
Este control se debe realizar siguiendo los protocolos respectivos. Sin embargo, ante la eventualidad que estamos viviendo, su aplicación se modifica en función de si el establecimiento está operando normalmente o no. De forma general, en Rentokil Initial hacemos las siguientes recomendaciones:
- Si el establecimiento se encuentra abierto: Se deben realizar las mediciones y el mantenimiento normal a los sistemas y dejar constancia en el libro de registro, según lo indicado en el RD.865/2003
- Si el establecimiento ha cerrado totalmente: Probablemente no se estén realizando los mantenimientos debido a la situación de emergencia. En este caso se deben mantener los acumuladores vacíos y apagados y, antes de abrir al público, se debe realizar una limpieza y desinfección de todo el circuito, según lo indicado en el RD.865/2003.
- Si el establecimiento ha cerrado al público, pero mantiene servicios mínimos: Lo ideal en este caso es actuar como si la instalación estuviese abierta al público. Esto implica mantener las temperaturas y residuales de cloro que establece la legislación en acumulador, retorno y terminales. Será necesario además aumentar las purgas del acumulador y terminales para garantizar que el circuito siga funcionando.
Recalcamos en la importancia de que todas las revisiones y labores de mantenimiento queden asentadas en los libros de registro.
A su vez, es importante recordar que, una vez superada la emergencia, las instalaciones que han permanecido abiertas o que han tenido funcionamiento mínimo, deben realizar un análisis de control de Legionella, mientras que las que han permanecido cerradas deberán implementar un nuevo tratamiento de Legionella preventivo, acompañado de una toma de muestras para análisis.
Si necesitas realizar un control de Legionella en tus instalaciones o quieres recibir asesoramiento sobre ello no dudes en contactarnos. En Rentokil Initial estamos para ayudarte.
Escribe un comentario