Las infestaciones causadas por vertebrados e insectos llevan creando problemas al ser humano desde tiempos inmemoriales. Roedores, avispas, mosquitos, palomas, chinches o cucarachas son sólo algunas de las plagas más comunes. Una lista mucho más numerosa con especies de todo tipo que, a lo largo de la historia, han conseguido causar estragos en la economía, la reputación empresarial y, sobre todo, en la salud y seguridad de las personas.
Como respuesta ante este tipo de contratiempos, el ser humano lucha contra las plagas desde, al menos, el año 4000 a. de C. Aunque desde un inicio se han utilizado diferentes controles químicos para acabar con las plagas, no fue hasta la llegada de la época industrial, en el siglo XVIII, cuando este tipo de procesos comenzaron a estandarizarse.
En los últimos años, y siguiendo la línea marcada por las directrices europeas, se está dejando de lado el uso de productos químicos en favor de un nuevo enfoque en gestión integrada de plagas.
Con la llegada de la era de la digitalización, las últimas tecnologías han dado un vuelco a la forma en la que se llevaban a cabo estos servicios. Tradicionalmente, los técnicos debían primero identificar la causa de una infestación antes de ofrecer una solución y, posteriormente, realizar un seguimiento de su estado y evolución. Esto, unido a las auditorías a realizar y al proceso de documentación, provocaba un fuerte incremento del número de tareas y el tiempo dedicado a las mismas.
Nuevas tecnologías aplicadas al control de plagas
En la actualidad, podemos observar principalmente dos métodos distintos de control de plagas. Uno es la aplicación de biocidas, una solución que debe buscar el balance entre el uso de productos químicos y el control en su aplicación para evitar el impacto en especies “no objetivo”. La otra vía son las soluciones basadas en nuevas tecnologías.
La digitalización abre un campo inmenso de posibilidades, entre otras cosas, la recogida de datos, lo que permite realizar informes, alertar rápidamente de movimientos de plagas en las zonas controladas y, sobre todo, predecir el comportamiento de una especie, como fruto de combinar la IA con distintos tipos de trampas automatizadas o métodos de captura, mediante la incorporación de esta información al sistema para que con ‘big data’ se elaboren patrones de comportamiento.
Estas soluciones no excluyen el uso de biocidas, pero permiten limitar su aplicación en situaciones muy concretas y controladas. Y es que se podría decir que el camino lo marca la premisa ‘prevenir mejor que curar’. Como señala Jorge Galván, director general de ANECPLA (Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental), “debemos tener sistemas preventivos para que, en caso de que llegue una amenaza de ese calibre, podamos ejecutar labores para que no se produzca”.
El papel de Rentokil en la época del Internet de las cosas
Para Rentokil Initial, su misión siempre ha estado guiada por la necesidad de proporcionar un control eficaz sobre las plagas. Desde sus inicios en 1910, se ha ido reinventando con el propósito de satisfacer las demandas de sus clientes.
De ahí que entre sus objetivos de transformación digital destaquen la necesidad de aprovechar la revolución de los smartphones para evolucionar la tecnología tradicional, la eliminación de los procesos “en papel” para pasar a una solución digital basada en aplicaciones con acceso directo a los datos o la mejora de la eficiencia y calidad del servicio de control de plagas.
Recientemente Manuel García Howlett, responsable de digitalización en control de plagas de Rentokil Initial, destacó en el BPCIF el papel de la investigación en España: “Se está desarrollando software específico, tan importante como un dispositivo inteligente, un dron o una pulverizadora conectada con GPS. Ahora somos más eficientes gracias al análisis de datos. En el mundo del hardware, es el tiempo del internet de las cosas. Nosotros en Rentokil estamos innovando con IA, con ‘machine learning’, que hace posible la identificación de la especie y el conteo”.
Algunas de nuestras soluciones digitales son PestConnect o myRentokil. La primera consiste en dispositivos conectados que incluyen diferentes tipos de sensores. Cuando los sensores detectan movimiento de especies target, lo identifican y envían la información a la nube, donde conectan con un software provisto de IA, que analiza las medidas a tomar.

La segunda solución va en estrecha relación a la primera. myRentokil es el sistema de informes online que ofrecemos al usuario y que le proporciona acceso en cualquier momento a estos datos e informes sobre la actividad de plagas que han recogido los dispositivos En definitiva, las nuevas tecnologías están permitiendo que las empresas de gestión de plagas puedan trascender los métodos tradicionales, mejorando el servicio y pudiendo aplicar un enfoque cada vez más preventivo a su labor. Gracias a los sistemas integrados en gestión de plagas se puede rastrear cada infestación, notificando al momento las actuaciones que sean necesarias, logrando mejorar la eficacia de las empresas de higiene ambiental.
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