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La procesionaria del pino (Thaumetopoea Pityocampa en latín) es uno de los insectos más curiosos de los que los ciudadanos de a pie conocemos. Se trata de un lepidóptero o mariposa de la familia Thaumetopoeidae y debe su nombre a la forma de desplazarse en “procesión”. Se alimenta de las acículas de la mayor parte de las variedades de pino y de cedros de nuestro país.
Con el comienzo de las temperaturas templadas de primavera, las larvas abandonan el bolsón del árbol y bajan por los troncos. Es en este momento cuando se producen posibles daños en personas y mascotas.
Los pelos urticantes que poseen sus últimos estadíos larvarios liberan una toxina que, al contacto con nuestra piel o mascotas, pueden provocar problemas considerables.
En las personas, especialmente niños al tocar las orugas provocan irritación de la piel en forma de sarpullido o erupción en cuello, brazos, piernas y torso; además de irritación en ojos y problemas respiratorios.
Sin embargo, los grandes afectados de esta plaga son nuestras mascotas (principalmente perros por la curiosidad que les caracteriza) y les puede provocar diferentes daños desde:
irritación ocular, irritación en patas y zonas del cuerpo que hayan tenido contacto, daños inflamatorios en la lengua de leves a graves (necrosis y pérdida de la misma) o dificultad para respirar y shock.
Para prevenir y evitar todo ello, es fundamental tratar los árboles con la técnica y el producto fitosanitario adecuados.
Desde Rentokil recomendamos la endoterapia como método de control óptimo. Mediante una serie de inyectores se introduce en el sistema vascular del árbol la dosis precisa de insecticida de la que se alimentarán las orugas antes de su descenso. La época adecuada para realizar esta técnica es el otoño, desde octubre hasta diciembre inclusive.
También esta misma época es adecuada para realizar otro tratamiento como es el biológico mediante Bacillus thuringiensis Kurstaki pulverizado. Si bien esta técnica es menos efectiva que la endoterapia dada la dificultad de alcanzar con éxito todas las partes de la copa de las coníferas, puede resultar adecuada en caso de grandes masas de arbolado y se debe restringir a áreas sin acceso del público en general.
A partir de la época navideña se podrán llevar a cabo otros métodos de control como la pulverización con piretroides o la colocación de trampas de collar (anillos).
Desde Rentokil Initial ofrecemos la posibilidad de realizar cualquiera de estos tratamientos con nuestro personal experimentado y con todos los aspectos legales que obliga el RD 1311/2011 de 14 de septiembre.