
A raíz de las últimas y más que interesantes Jornadas Técnicas organizadas por Killgerm en distintas capitales españolas, me he decidido a escribir unas pequeñas notas relacionadas con la monitorización de insectos que quizá puedan resultar interesantes para aquellas personas que no tuvieron la suerte de poder asistir a esas jornadas.
Quisiera comentar de antemano que este artículo solo pretende trasladar, con mis propias palabras, lo explicado en una de las sesiones de esa jornada técnica tan bien desarrollada. Si resulta interesante a los lectores el mérito es por tanto al 100% de Killgerm.
Lo que me pareció interesante del asunto, aparte de las razones técnicas obviamente, es que siendo profesionales del sector DDD deberíamos llamar siempre a las cosas por su nombre y así no dar lugar a confusiones de terminología. Estamos demasiado acostumbrados a denominar como “feromona” a cualquier cosa que se coloque en una trampa de monitoreo cuando en realidad deberíamos hablar con más propiedad y distinguir entre los llamados compuestos semioquímicos (que engloban a las feromonas, a las kairomonas y a las alomonas) y los atrayantes alimenticios.
Por tanto vemos que no debemos asociar siempre la palabra “feromona” al uso de trampas de monitoreo, ya que existen dispositivos que llevan asociados otros compuestos distintos. De una manera sencilla trataremos de resumir cuales son las diferencias entre unos y otros.
- Feromonas: son aquellos compuestos químicos que sólo funcionan entre individuos de la misma especie y que favorecen o benefician tanto al emisor como al receptor de la señal química.
- Kairomonas: en este caso el beneficiado de la señal química es el receptor de la misma. Es importante señalar que estos compuestos funcionan entre organismos de diferentes especies.
- Alomonas: de manera inversa a la anterior, el organismo beneficiado en este caso es el emisor de la señal química. Funcionan entre organismos de diferente especie al igual que las kairomonas.
Centrándonos en las verdaderas feromonas. ¿Todas ellas son del mismo tipo? No, por supuesto. Según su funcionamiento existen feromonas de carácter sexual (las más típicas), de agregación, de alarma, etc. Usaremos por tanto cada tipo de feromona en función de la especie de insecto que queramos monitorizar. Por esa razón debemos tener un conocimiento lo suficientemente amplio no sólo de la biología de los insectos sino de los tipos de feromonas a nuestra disposición en el mercado.
En cuanto a los atrayentes alimenticios sucede algo parecido, es decir, en función del tipo de insecto concreto que pretendamos monitorizar usaremos compuestos “alimenticios” a base de proteínas, de azúcares o mezclas de compuestos diversos con objeto de atraerlos hacia los dispositivos de monitorización.
No quería finalizar este artículo sin comentar lo importante que resulta no sólo acertar con la trampa en cuestión (la adecuada para cada especie) sino también su correcta ubicación en las instalaciones y sobre todo el adecuado “registro” documentado de las capturas, puesto que nos servirá de indicativo para llevar a cabo acciones de control integrado de plagas en paralelo (como limpiezas específicas, revisión de stocks, medidas de hermeticidad, etc).
No debemos olvidar, además, que algunas de las normativas a las que se adhieren muchos de nuestros clientes implican la realización de análisis de tendencias y el adecuado registro de capturas es fundamental para realizar de manera correcta estos estudios.
Fuentes:
Jornadas Técnicas Killgerm Febrero 2015
Revista Pest Control News Junio 2015
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