Ya hemos pasado la frontera del verano y, con ella, la mística noche de San Juan junto a la llegada de los primeros planes de escapadas a la playa, rurales o de montaña, según aquello que más nos guste. Es normal, el tiempo cálido invita a buscar lugares frescos y en los que las piscinas no hacen lo suficiente por mantenernos a salvo de la luz de Lorenzo. Es en estas fechas cuando los cultivos de los campos y árboles de las zonas más secas tornan hacia los colores amarillos y anaranjados ante la falta de agua.
Pero solo es apariencia: es en las profundidades del suelo donde nos encontramos con zonas húmedas a los que el Sol y el tiempo cálido apenas llega. Sótanos, garajes y estructuras asentadas bajo tierra sí que sufren la acción del agua directamente y, precisamente, son en aquellos lugares donde debemos poner una especial atención para evitar que ésta se adentre en las paredes y estructuras y lleve a males mayores.
Ya sabemos que las termitas acceden a través del suelo por vigas que están en contacto con la humedad, es algo de lo que hemos hablado en más de una ocasión en este blog. De ahí, esta familia de xilófagos se adentra a través de las madera llegando a infectar al completo todo un edificio sin que aparentemente se muestren signos aparentes de deterioro. Pero no son la única amenaza que llega desde el subsuelo: los hongos de la putrefacción debilitan las maderas poco a poco a través de los filamentos y en poco tiempo.
Concretamente, los hongos de la putrefacción seca -que engañan en su nomenclatura- se encargan de llevar el agua a través de los filamentos ramificados de la madera hasta una altura de tres plantas, infestando así a madera que está aparentemente sana y alejada de zonas húmedas.
A diferencia de estos, los de la putrefacción húmeda tienen los sótanos como lugares preferidos para su acción y realizan su hazaña en los lugares más recónditos. De hecho, es a través a las goteras, canalones rotos, tuberías defectuosa o humedad creciente a la que no se ha puesto remedio, por donde va penetrando mostrando en las maderas unos colores que van desde el amarillo hasta el marrón oliva, en función de la tipología de hongo.
En cualquier caso, cualquier signo de humedad debe ser atacado de raíz para evitar que ésta debilite los cimientos del inmueble. Un buen aislamiento y la toma de medidas al menor síntoma nos evitará males mayores. Sin duda, a veces es mejor tener un buen teléfono a mano que esperar.
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