A la legionella le gustan las temperaturas veraniegas. El verano y el calor se acercan a marchas forzadas y con ello, la necesidad de estar frescos e hidratados lleva a un uso más extendido del agua y los aires acondicionados.
Pero estas dos fuentes de bienestar veraniegas pueden ser también el origen de una de las enfermedades infecciosas que tienen periódicamente en jaque a la sanidad pública: la legionella.
La legionella, como otras bacterias, tiene como hábitat natural el agua y puede estar presente en ríos o lagos
¿Qué es la legionella?
Como afirma Sara Rodríguez, Doctora en Microbiología Ambiental y Biotecnología por la Universidad de Barcelona, en Agua Ecosocial, dicha bacteria puede formar parte de biofilms o meterse en organismos unicelulares para multiplicarse aprovechando sus recursos. “La legionella puede pasar de sus hábitats naturales a nuestros sistemas de agua, donde puede llegar a multiplicarse si no reciben los tratamientos adecuados”, explica la microbióloga.
Es entonces cuando la bacteria entra en contacto con nuestro organismo, que, si llega a nuestros pulmones, es “ingerida” por nuestras células inmunitarias para intentar combatirlas. Precisamente aquí reside su peligrosidad, ya que esta bacteria, como hemos explicado, se multiplica dentro de los organismos unicelulares, en este caso macrófagos, hasta que los rompe. “Este proceso es el que nos produce la enfermedad pulmonar conocida como legionelosis”, concluye Rodríguez.
Al contrario de lo que se cree, no se transmite por vía oral, sino mediante la inhalación de microgotas (aerosoles) de agua que contiene la bacteria. Ésta se reproduce fácilmente en una serie de condiciones ambientales:
- Temperaturas altas, entre 20ºC y 50ºC especialmente.
- Ausencia de desinfectante.
- Existencia de amebas o biofilms en los que pueda introducirse.
Si se trata correctamente el agua cumpliendo con la normativa de calidad, los aerosoles no estarán contaminados por legionella. Aun así, zonas en las que puede generarse (siempre que no esté bien tratada) son torres de refrigeración, sistemas de riego por aspersión, fuentes decorativas, humidificadores de aire, jacuzzis, vehículos de limpieza de las ciudades, túneles de lavados de coches, etcétera.
La legionelosis es una enfermedad protagonista periódicamente de los medios de comunicación. En diversas ocasiones hemos tratado en este blog de ello, como en 2012 cuando os informamos del brote de legionella que se detectó en Osuna, en Sevilla. También el pasado mes de febrero se detectaron 9 casos de legionella en Vitoria-Gasteiz. La Consejería de Sanidad de Cantabria cerró en marzo 6 habitaciones del Hospital Sierrallana de Torrelavega para prevenir contagios por la bacteria. El ayuntamiento de Murcia está realizando limpiezas en sus principales lagos. Las autoridades toman constantemente las medidas necesarias para la detección y eliminación de la bacteria, por lo que no hay que preocuparse.
Además de este tipo de iniciativas por parte de la administración es importante que los encargados de las instalaciones susceptibles de ser foco de legionella sean conscientes de los protocolos que hay que seguir y que incluso están estipulados por ley: El Real Decreto 865/2003 establece las medidas higiénico-sanitarias necesarias para la prevención y el control de legionella.
En Rentokil Initial somos expertos en ello. En nuestro departamento de Sanidad Ambiental contamos con profesionales de diversas ramas sanitarias que ponen en manos de nuestros técnicos los mejores medios y herramientas.
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