¿Os acordáis de los famosos Círculos de las Hadas en el desierto de Namibia? Durante años biólogos y científicos estuvieron estudiando el porqué aquellas extrañas formaciones circulares acababan con la vegetación de forma regular. Una de las tesis se basaba en que las termitas se encontraban detrás de esta extraña acción de la naturaleza y aquí hablamos sobre el tema. Pues bien, recientes estudios dicen que ni chimeneas de hidrocarburos, ni espíritus, ni termitas, sino que la causante es la vegetación del lugar.
Los misteriosos círculos se encuentran situados en una vasta extensión que sirve de transición entre los pastizales y el desierto. En ella, millones de círculos sin vegetación se esparcen por todo el terreno y en diferentes tamaños, desde apenas unos centímetros hasta 20 metros de diámetro. La regularidad en su formación y el hecho de que nunca nadie ha visto formarse uno se basa en una posible potente fuerza de la naturaleza, como la necesidad de agua para crecer.
Según la última teoría, la vegetación, en su lucha por acceder a la mayor cantidad de agua que hay en el subsuelo, bastante escasa por la ubicación, provoca que existan zonas “muertas” donde solo hay arena. Y, para desmontar la teoría de que es obra de las termitas, los investigadores se basan en que éstas, a pesar de estar presentes en todos y cada uno de los círculos, siguen patrones de distribución irregulares al igual que otros insectos sociales como las hormigas. Afirman que si las termitas fueran las causantes, la perfección de los círculos y su distribución no existiría ya que, aunque viven en comunidad y se aprovechan de las zonas húmedas, no están tan organizadas como para crear una estructura así a gran escala.
Por ello, los científicos se basan en la idea de que una pequeña planta puede que no prospere si al lado tiene un gran árbol que necesita mayor cantidad de agua. En esta competitiva lucha es donde entra en juego la autoorganización de la vegetación, como ellos denominan, y que, a través de unos patrones informáticos, han conseguido representarlo.
Una nueva teoría que no termina de convencer a todos todavía. Incluso hay quien afirma que un posible elevado nivel de radiactividad en el suelo podría plantearse como otra hipótesis. Estaremos al tanto.
Escribe un comentario