Hace unos días, Brigitta, nuestra compañera de marketing, llegó a la oficina con la increíble noticia de que tenía ratas en casa, y es que como siempre decimos, las plagas no respetan nada, y pueden invadir cualquier lugar.
Os podéis hacer una idea del cachondeo que ha tenido que aguantar Brigitta, la pregunta que más le hacen es si no ha aprendido nada en todo este tiempo trabajando en control de plagas, pero la verdad es que no hay nada que ella hubiera podido hacer que evitara la aparición de ratas en su desván, y ahora os explicaré por qué.
Brigitta vive en una casa que tiene un desván donde guarda cajas de libros, ropa empaquetada…es decir, no hay comida por ningún lado. Un día escuchó un ruido como de un animal correteando, así que basándose en su experiencia, pronto identificó que se trataba de un roedor. Por tanto, su mayor miedo era encontrarse una rata o un ratón en su dormitorio una mañana, ya que el desván está conectado a través de una tubería con un calentador que hay en su dormitorio, y ya que está caliente, ahí es donde guarda ella las toallas.
No os voy a mentir diciendo que ella siguió el procedimiento normal, llamando a alguno de los números de teléfono de Rentokil y esperando a que le ofrecieran una visita, ya que evidentemente como empleada de una empresa de control de plagas, ella llamó directamente a una persona que le pasó el número del técnico que trabaja en su zona. Cuando ella le explicó al técnico que no sabía si tenía ratas o ratones, él dijo que cuando fuera a su casa, iba a ser capaz de identificar si era una rata o un ratón, simplemente por el olor, ya que por lo visto ambos roedores tienen un olor característico. Y es verdad que no estaba exagerando, cuando fue dijo que no se trataba de un ratón si no de una rata, y que además no eran muchas porque no olía demasiado, sino que seguramente era una que llevaba poco tiempo ahí.
A continuación el técnico intentó identificar por dónde había llega la rata, y resulta que los vecinos de Brigitta tienen un tanque con agua en el jardín, donde tienen muchos peces, y es que las ratas no sólo buscan comida, sino que también buscan agua, y en ese tanque tenían todo el agua que podían necesitar. Brigitta les preguntó a sus vecinos que si tenían problemas de ratas, y resulta que sí, de alguna manera habían llegado al tejado, de ahí al desván, y como no habían llamado a una empresa especializada, sino que habían intentado deshacerse de ellas por su cuenta, no lo habían conseguido y esas ratas habían pasado al desván de nuestra compañera, no se sabe muy bien por qué, porque en su casa no había ningún hueco en los muros exteriores o ningún agujero que hubiera quedado sin tapar.
Así que el técnico entonces usó un potente raticida, y Brigitta puede decir que una semana después, no ha vuelto a escuchar más ruidos en su desván. Y esto es porque se trataba sólo de una rata, y porque Brigitta actuó a tiempo, no hizo como su vecino que intentó librarse del problema por su cuenta y al final acabó pasándole la plaga a su vecino.
La moraleja de esta historia es que siempre es mejor llamar a los expertos antes de intentar deshacernos de una plaga por nuestra cuenta, si fuera tan fácil no existirían las empresas de control de plagas! Además, también recomendamos que aunque sea un asunto embarazoso, siempre es mejor contárselo a los vecinos, ya que si en una casa hay una plaga de chinches, cucarachas o roedores, lo más probable es que pronto pase al vecino, así que conviene avisarle para que tome las medias preventivas necesarias.
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