Es llegar la lluvia y el frio y saltar todas las alarmas e hipocondrías habidas y por haber. El invierno es la estación del año que relacionamos con el incremento de las enfermedades y puede que no estemos tan desencaminados. En esta época del año, proliferan los virus como la gripe o las infecciones respiratorias como catarros o bronquitis, entre otras patologías muy comunes también en esta época del año. Cabe pensar que estas dolencias son como la varicela, pero en lugar de una vez en la vida, una al año; es decir, que anualmente hay que pasarla sí o sí al menos una vez. Sin embargo, nosotros conocemos algunos trucos para evitar el contagio por bacterias.
Las enfermedades de las que hablamos vienen originadas por virus y bacterias que se propagan a través del aire o por el contacto entre seres humanos. Es en este punto el que hay que cuidar especialmente: mantener una correcta higiene personal, para lo que es fundamental prestar atención al simple, pero crucial, gesto de lavarse las manos. Y es un adecuado lavado de manos puede prevenir en gran medida el riesgo de contraer enfermedades.
La piel de las manos es muy delgada, por lo que tiende a secarse rápidamente y más en período invernal; no obstante, un invierno seco puede tener un efecto bastante dañino en nuestras manos, muy difícil de recuperar. Sin embargo, el lavado de manos no es sólo una tarea preventiva relacionada con la lluvia, el frío y los constipados. Se trata de un hábito que hemos de tener siempre presente y aplicarlo sin excusas. Al fin y al cabo, son 20 segundos con agua y jabón abundantes bajo el grifo.
Estamos continuamente en contacto con utensilios, sustancias y otras personas. Así los gérmenes tienen una vía de transporte segura de unos cuerpos a otros. Y las manos suele ser el más habitual. De esta forma, una persona con manos sucias, al frotarse la boca, ojos, nariz o cualquier otra parte puede infectarse. La sequedad en las manos significa que hay células muertas en la piel, que forman una capa externa y crean mayor posibilidad de contagio. Por ello, además del lavado, es muy importante para cuidar la salud mantener las manos hidratadas en todo momento.
El lavado de manos antes de comer, después de ir al baño, de limpiar, de practicar algún deporte, de toser o de estornudar, es una costumbre esencial que todos deberíamos adoptar e inculcar a nuestros pequeños. Es cuestión de prevención. Y la prevención da lugar a una salud mejor.
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