La legionella es una bacteria que apareció en nuestras vidas hace apenas 40 años, pero desde entonces son muchos los casos y epidemias que ha provocado. Hace poco días, esta bacteria aterrizó en las torres de refrigeración de una destilería de whisky escocesa, provocando la paralización de la producción de la fábrica y más de 30 trabajadores enfermos.
El hábitat en el que prolifera y se desarrolla la legionella es el medio acuático, desde las redes de distribución de agua pasa a los sistemas que emplean agua y producen aerosoles, llegando a las personas y pudiendo originar multitud de afecciones respiratorias que pueden acabar en muerte.
En nuestro quehacer diario son múltiples los sistemas que emplean agua, que nos rodean y que se perfilan como el medio idóneo para que estas dañinas bacterias para la salud de las personas viajen hasta nuestros hogares y se instalen en nuestro organismo. Desde los sistemas de agua caliente y fría y las torres de refrigeración que usamos a diario, hasta las fuentes ornamentales y aspersores de riego que inundan nuestros parques y jardines, pasando por los túneles de lavado de vehículos de las estaciones de servicio. Todos estos mecanismos que emplean agua son susceptibles de convertirse en medio de cultivo de las bacterias de legionella. En general, el temido bacilo hace uso de toda instalación que utilice agua y produzca aerosoles, que es el medio que emplea para introducirse en nuestros alvéolos pulmonares.
Para evitar los perjudiciales efectos que la legionella puede provocar en las personas es fundamental el control de la calidad del agua. El estancamiento del agua y la acumulación de nutrientes, acompañado con temperaturas entre los 20 y los 50ºC, bastan para la reproducción de la bacteria y el peligro de infección por legionelosis.
Así pues, para combatir los nocivos efectos de la presencia de bacterias de legionella en las instalaciones que utilizan el agua para su funcionamiento, Rentokil cuenta con un departamento liderado por personas que ya se dedicaban a la prevención de legionelosis en el año 1.999 -cuando sólo se efectuaban tratamientos de choque en el caso de brotes epidémicos, debido a que no existía todavía legislación al respecto- y que ponen en práctica lo más efectivos métodos para prevenir con éxito la legionelosis.
Rentokil controla la proliferación y diseminación de legionellamediante el estricto cumplimientos de las protocolos establecidos por el Real Decreto 865/2003, de prevención de legionelosis.
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