La mayoría de personas nos pasamos entre el 80 y el 90 % del tiempo en espacios cerrados entre viviendas, edificios públicos y nuestro puesto trabajo. ¿Y sabíais qué? Inspiramos y expiramos entre cinco y seis litros de aire por minuto. Este hecho significa que cada día podemos llegar a consumir entre 7.200 y 8.600 litros de aire interior frente a los 2 litros que podemos consumir de alimento y bebida. Esto hace de la calidad del aire un tema interesante del que hablar, ¿verdad? Y como siempre, ¡para eso estamos!
En contra de lo que probablemente penséis de forma generalizada, los niveles de contaminación en ambientes cerrados son de 10 a 100 veces más altos que las concentraciones exteriores, según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental Estadounidense (EPA).
Mantener un buen nivel de higiene en instalaciones de refrigeración, calentamiento y recirculación de aire es un punto clave para garantizar que estas concentraciones no dañen a nuestra salud.
Los principales síntomas derivados del Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) aparecen cuando más del 20% de los ocupantes presentan quejas como irritación de los ojos, garganta, nariz, sequedad en piel y mucosas, fatiga mental, eritema, dolores de cabeza, hipersensibilidades inespecíficas, náuseas, mareos, tos, picazón, ronquera e incluso sintomatología gastrointestinal. Estos signos remiten cuando el individuo abandona el edificio. ¿Lo habéis vivido alguna vez? Quizás más de uno hoy descubráis que vuestra casa o trabajo sufre este Síndrome.
Y esto no es todo, además de los problemas de salud (que obviamente es lo más importante) es evidente que esta sintomatología tiene un impacto negativo sobre la productividad y se traduce en un aumento de más de un 5% en bajas laborales según un estudio de la OMS. Esto hace de la calidad del aire un aspecto a considerar por parte de los empresarios.
Rentokil Initial ofrece los servicios tanto de auditoría y evaluación de Calidad de Aire Interior (CAI), así como de higienización de los sistemas de ventilación, que incluyen la limpieza de conductos de aire acondicionado y unidades de tratamiento de aire, siguiendo la normativa marcada en el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) de obligado cumplimiento tras la aprobación del RD 238/2013.
El reglamento, de obligado cumplimiento, insta a las instalaciones que funcionan con más de 70kw de potencia útil mayor a realizar un programa de mantenimiento preventivo consistente en: revisión de la red de conductos según criterios de la norma UNE 100012 y revisión de la calidad ambiental interior según los criterios de la norma UNE 171330.
Siguiendo los mencionados criterios UNE, desde Rentokil Initial aplicamos los servicios de higienización en diferentes fases que queremos compartir con vosotros.
- Inspección en el interior de los conductos y unidades de climatización.
Estas inspecciones técnicas en el interior de los conductos permiten diagnosticar el grado de contaminación existente en el sistema de climatización. Esto se realiza a través de un robot de especializado y el equipo consiste en un pequeño vehículo de motor eléctrico con doble cámara, luces y pantalla táctil que registra en tiempo real el estado interior de los conductos. Utilizamos las pruebas gráficas obtenidas por este pequeño robot para elaborar el informe de diagnóstico y saber cómo de malito de enfermito está el aire del edificio.
- Limpieza de los conductos de aire acondicionado y ventilación
Una vez sabemos cómo es el problema, ¡manos a la obra! Para la correcta higienización del sistema empleamos diferentes tipos de cepillos mecanizados adaptados al tamaño, forma y material de los conductos. Así nos aseguramos llegar hasta el último rincón. Y no nos quedamos ahí, en función del residuo a eliminar es posible regular la potencia y el sentido de cepillado. Está acción siempre va acompañada del acople de un sistema de aspiración diseñado para esta tarea. El sistema de aspirado debe ser de gran potencia y tener incluido filtro HEPA para evitar posibles escapes de partículas al exterior.
Con una técnica parecida a la del cepillado hacemos la limpieza mediante aire a presión. Por medio de una boquilla de aire inteligente dotada de cámara inyectamos aire a presión y arrastrando las partículas del interior del conducto hasta su aspiración de forma parecida a la del cepillo pero sin su agresividad. Esta técnica es adecuada para conductos de tamaño más pequeño o de materiales no tan resistentes como la fibra sin revestir.
Con todo esto nos aseguramos que los conductos queden como los chorros del oro.
- Limpieza de los difusores y rejillas
De una forma más sencilla y sin tanta tecnología, pasamos a la limpieza de las rejillas y difusores, que llevamos a cabo desmontando los mismos y aplicando detergentes especializados.
- Limpieza de la Unidades de Tratamiento de Aire
Por último, pasamos a las unidades de tratamiento de aire, como son las grandes climatizadoras o fan-coils, que higienizamos a través de técnicas de limpieza convencional, cepillando, aspirando y aplicando agua a presión. A veces no hay nada mejor que la vieja usanza.
Posteriormente procedemos a la desinfección de todo el sistema (conductos y máquinas) por medio de nebulización de desinfectante. Para lo que aplicamos un producto homologado y registrado y personal debidamente cualificado.
Una vez completado todo el servicio se hace entrega del informe/certificado que detalla todas las operaciones realizadas., los equipos y productos empleados.
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