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Para las empresas esto puede ser un enorme problema, especialmente si operan dentro de la industria alimentaria. Y es que a las cucarachas se las han relacionado, directamente, con la propagación de enfermedades transmitidas por los alimentos, como la Salmonelosis, que puede afectar tanto a trabajadores como a los clientes.
A diferencia de los mosquitos y garrapatas, que causan enfermedades en los seres humanos y los animales directamente a través de sus picaduras, las cucarachas sólo causan enfermedades indirectamente. Al igual que las moscas domésticas, las cucarachas propagan gérmenes que pueden generar ciertas enfermedades debido a sus sucios hábitos.
Las cucarachas actúan como depósitos de bacterias. Los lugares que visitan, tales como las alcantarillas y papeleras, al igual que el hecho de comer carne cruda y heces de animales, significa que pueden acumular bacterias fácil y frecuentemente.
Estos son algunos ejemplos de enfermedades e infecciones que las cucarachas propagan: la E. Coli, la Salmonela, la Fiebre Tifoidea, el Staphylococcus y Streptococcus, el Cólera, la Gastroenteritis, la Disentería y la Lepra.
Aparte de enfermedades como las mencionadas anteriormente, estos insectos arrastrantes pueden causar asma. Las cucarachas tienen ciertas proteínas en sus cuerpos que pueden ser un alérgeno para ciertas personas.
Cuando las partículas diminutas de los cuerpos de la cucaracha se expanden a través del aire en edificios cerrados, estas proteínas, al ser inhaladas pueden causar un ataque de asma en personas sensibles.
El Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología asegura que la saliva, las heces y la piel de las mudas de las cucarachas pueden desencadenar el asma y otras alergias.
La Asociación Nacional de Manejo de Plagas, en EEUU, ha llevado a cabo estudios sobre los alérgenos de las cucarachas y residencias. Sus estudios muestran que alrededor del 63% de los hogares en los EE.UU. contienen alérgenos. Esta estadística aumenta para hogares en áreas urbanas (entre 78% y 98%).
Sus estudios muestran que alrededor del 63% de los hogares en los EE.UU. contienen alérgenos. Esta estadística aumenta para hogares en áreas urbanas (entre 78% y 98%).
Hay varias formas por las que las cucarachas pueden propagar enfermedades: a través de sus vómitos, sus heces, o por contacto directo.
Cuando una cucaracha se alimenta de algo que contiene bacterias como una pieza cruda de pollo, o heces de animal, la bacteria entrará en su sistema permaneciendo dentro de su boca, en su saliva, e incluso inactiva en su sistema digestivo.
Cuando vomitan o defecan, las bacterias pueden contaminar el lugar u alimento donde se depositen.
Más aún, durante sus tránsitos y mientras se están alimentando entran en contacto con la suciedad, que contiene gérmenes, y que luego llevan en su cuerpo. ¡Piensa en las cucarachas como imanes gigantes para las bacterias y los virus! Dichos gérmenes se depositan en cualquier sitio por donde pasan y con los que tienen contacto.
Es bastante simple, podemos contraer una enfermedad solo por el hecho de comer o beber cualquier cosa dónde la cucaracha haya vomitado, defecado o incluso por dónde se haya paseado.
Del mismo modo, si has utilizado cualquier aparato o utensilio de cocina para comer tales como una taza o plato que haya sido contaminado por excrementos de cucarachas, podría existir el riesgo de enfermar. Lo mismo ocurre con los paños de cocina y las toallas sucias.
Para los asmáticos, la presencia de cucarachas en su hogar o lugar de trabajo puede conducir a un ataque de asma u otras reacciones alérgicas.
Como ya os he contado, la piel de las cucarachas, la saliva y las heces contienen todas las proteínas que desencadenan el asma, por lo que el riesgo existe sólo con el hecho de estar en un área y respirar donde dichas sustancias se hayan mezclado con el aire.
La mejor manera de prevenir las enfermedades de las cucarachas es aplicar buenas prácticas de higiene de los alimentos.
El cocinar apropiadamente los alimentos antes de comer, lavar los ingredientes crudos, así como limpiar regularmente los cubiertos, los utensilios de cocina y la vajilla pueden ayudar a eliminar cualquier bacteria y virus que una cucaracha haya podido dejar.
En cuanto a los negocios, las buenas prácticas para prevenir las enfermedades que las cucarachas puedan propagar vienen de la mano del cumplimiento de las normas y regulaciones de seguridad alimentaria correctas para cada país.
Existen normas y regulaciones específicas que ayudan a limitar la propagación de bacterias por cucarachas, y otras plagas, para asegurar que los alimentos producidos sean seguros para el consumo humano, y el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos se mantenga al mínimo.
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